Desde bebé hasta la actualidad he subido infinidad de veces al Teide. En primavera, verano, otoño e invierno. Realmente merece la pena quedarse en el Parador. Es una delicia su restaurante, acogedora su chimenea, agradable su piscina interior. La cercanía al Teide y a los senderos por los que se pueden hacer caminatas magníficas hacen de este Parador de Las Cañadas del Teide único. A todo esto se une las experiencias de las observaciones astronómicas.
Si no me creen, imaginen que están en su piscina interior mirando al Teide. Aquí dejo una muestra de una foto publicada en LinkedIn por Jacob Celso Rodríguez Torres.