Siendo tan espectacular el Lago Martiánez, es una pena que el personal de dicho complejo municipal carezca de las habilidades necesarias para tratar con el público. Esta situación se ha ido agravando con el paso de los años. Hablo por experiencia personal pero también por la observación realizada durante años del trato con otras personas e, incluso, entre el propio personal.
Malos modos, malas expresiones, sensación de que dirigen a un ganado en lugar de atender a personas (aunque ni al ganado se le debe tratar de forma inadecuada). No tiene remedio.
A todo esto se une el horario de apertura, adaptado al personal, ¡por supuesto!. El dulce clima del Puerto de la Cruz permitiría abrir más temprano y cerrar más tarde en primavera, verano y otoño. A los extranjeros les encanta bañarse temprano, su horario es diferente al nuestro y almuerzan también temprano. A algunos residentes también les gusta el baño tempranero. En cuanto a los atardeceres veraniegos ¡qué decir!, se podría estar tan ricamente, al menos hasta las 20 horas durante el verano, viendo la caída del sol en el horizonte.
Es lo que pasa con estas zonas de ocio públicas ¿sería conveniente externalizar su gestión? es una cuestión que habría de analizarse.
Aún así y sin ánimo de transmitir solo el aspecto negativo, debo admitir que es una obra ejemplar de transformación y adaptación del literal abrupto. El artista lanzaroteño, César Manrique dejó un magnífico legado al Puerto de la Cruz con una arquitectura respetuosa con la historia, la cultura y la tradición canaria. He aquí algunas de sus imágenes
No hay comentarios:
Publicar un comentario